Comprometidos con la #ModaLenta

El concepto de Moda Lenta o Slow Fashion, nace en 2007 como respuesta al modelo de industria de la moda que ha dominado el mundo en las últimas décadas, montado sobre la rutilante espiral de rentabilidad y consumismo. Y es que es fácil ver los beneficios de la Fast Fashion: moda al alcance de todos los bolsillos, a la última en tendencias, con una baja calidad de materiales que nos incita a renovarla a los pocos usos, a un precio en el que “usar y tirar” no nos duele demasiado.

Pero ¿Conocemos el verdadero precio que estamos pagando por disponer de esta moda efímera, barata e inmediata?

La Moda, en todo su espectro, registra una de las Huellas de Carbono más elevadas de la industria mundial. Es la responsable de más del 10 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, debido a sus largas e ininterrumpidas cadenas de suministro y a una producción de altísimo consumo energético. La industria textil es la 2ª consumidora y contaminadora de agua: cada par de vaqueros necesita unos 3.400 litros de agua para su fabricación. El Banco Mundial estima que el 20% del agua contaminada en el mundo proviene de la producción textil global. 

La fabricación de las fibras textiles utiliza alrededor de 9 billones de químicos que también acaban contaminando, no sólo el suelo, el agua y el aire del planeta, sino de forma directa a los trabajadores de las fábricas y plantaciones de algodón, incluso a quienes vestimos estas prendas producidas en masa. A esto hay que añadirle las precarias condiciones laborales a las que los países productores someten a su mano de obra.

¿Qué es esto de la Moda Lenta?

La filosofía Slow nos obliga tomar conciencia de lo que consumimos: el origen de las materias primas, el lugar y proceso de fabricación, su impacto en el medio ambiente y los derechos de la mano de obra que lo produce. También nos dirige hacia un consumo responsable, valorar el uso de las prendas que ya poseemos, cuidándolas, reutilizándolas o transformando su uso; lo que se conoce ahora como el Upcycling. Slow Fashion se presenta como un cambio de paradigma que cuestiona directamente la base del sistema de la moda actual. No sólo apela a modelos de negocio y fabricación respetuosos y conscientes de su impacto en el medio ambiente, sus trabajadores y comunidades, sino también promoviendo valores como la calidad sobre la cantidad, lo atemporal frente a lo efímero, el valor de la producción limitada sobre la fabricación masiva, la diversidad frente a la homogeneización, la producción local frente a la industrializada.

En el mundo de la híper-información, el movimiento SLOW nos insta a saber dónde, cómo y con qué se fabrica lo que consumimos. Nos da la oportunidad de intervenir en el cambio de modelo social y productivo de la industria (de todas) y su consiguiente impacto medioambiental. Nos obliga a conocer y decidir. Por eso la concienciación es, más que nunca, tan importante para avanzar en el cambio hacia un consumo responsable y sostenible.

¿Cómo aplicamos en BLASŌN la filosofía Moda Lenta en nuestras piezas?

Los diseños de BLASŌN son atemporales y fomentan desde su concepción, el consumo responsable y sostenible.

El modelo TOTE está pensado para “no necesitar” comprar más bolsos, ya que su principal atractivo y valor consiste en invertir en un único bolso duradero y de calidad y poder cambiar el color de una forma fácil y económica, pudiendo elegir entre múltiples opciones.

El espíritu del FLAT invita a diseñar una pieza atemporal con la que sentirse identificada y cuyo valor perdure a lo largo de los años. Los materiales y acabados con los que trabajamos nuestras piezas son de altísima calidad, no sólo para cuidar el resultado final, sino para asegurar su durabilidad en el tiempo.

Desde el punto de vista del origen y modelo de producción local y sostenible, nos aseguramos de que todos los materiales utilizados en nuestros bolsos sean de origen español. Nuestra diseñadora los elige personalmente en fábricas y proveedores de España.

El proceso de fabricación es también local y artesanal, de principio a fin. El FLAT se elabora parte en Alicante y parte en Canarias, donde está el taller de la diseñadora. El TOTE y la MINICARTERA se producen íntegramente en Alicante, en una pequeña fábrica familiar, donde todos los miembros de la familia forman parte de la plantilla. La producción local garantiza, no sólo unas condiciones laborales dignas, sino la contribución a la economía del país, a través de puestos de trabajo y tributos.

Las piezas BLASŌN, utilizan 0% Plásticos en su fabricación.

Y tú… ¿Conoces el origen de lo que compras? ¿Consumes de forma responsable? ¡Toma conciencia y únete al consumo de Moda Lenta!

Comentarios (4)

  • Gustavo

    Gran artículo. Ojala el resto siguiera vuestro ejemplo.

    • Admin

      Ya verás que poco a poco conseguimos ganar terreno. Gracias por tu comentario.

  • Amanda

    Un aplauso!!
    Respetar nuestro planeta tendrìa que ser un «must» para tod@s.
    Ojalà se extienda esta tendencia.

    P.d: los bolsos preciosos…

    • Admin

      Muchas gracias por tus palabras Amanda. Sería genial que triunfara una concienciación general. un beso

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